- Se planteó un 'frente común' con el Islam para defender la vida y la familia
- En Ucrania, el 90% de los curas católicos están casados
- Entre la autocrítica, la falta de humildad y el 'carrerismo' eclesiástico
José
Manuel Vidal ELMUNDO.ES
Fue casi un Concilio. El Sínodo sobre la
nueva evangelización, que se clausura este domingo en Roma, ha reunido durante
21 días a 262 padres y madres sinodales. Aunque estas
últimas eran sólo una docena, en un mar de obispos y cardenales,
representando a todos los países del mundo. Un mini-Concilio para pasar
revista a la Iglesia y ofrecerle al Papa "la hoja de ruta"
que permita reconquistar el mundo secularizado para Dios.
Los trabajos del Sínodo concluirán con un
'Mensaje al Pueblo de Dios' y con una solemne eucaristía, presidida por el Papa
el domingo, rodeado de todos los sinodales, en la Plaza de San Pedro. Más
adelante, el propio Papa, apoyándose en las proposiciones recogidas en la magna
asamblea, redactará una Exhortación apostólica, un mensaje magisterial y
orientador para la Iglesia universal.
Pero en ninguno de ellos se recogerán
las propuestas más novedosas que se lanzaron en el aula sinodal. Unas,
por ser demasiado atrevidas. Otras, por no contar con el suficiente consenso. Y
otras, porque no pasaron el filtro de la comisión encargada de redactar las
propuestas dirigidas al Papa.
En el aula se debatió a fondo. Y es que, en
contra del cliché acuñado en la opinión pública, la Iglesia es una de las
instituciones más jerarquizadas, pero sus miembros gozan de una enorme
libertad de expresión. Una institución, además, en la que abundan los
profetas, que son capaces de autocrítica y de sacudir a la Iglesia desde
dentro. Éstas son algunas de las propuestas más rompedoras.
Rouco, los nuevos paganos y el mono
El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco
Varela, tuvo dos intervenciones estelares en el Sínodo. Una, para denunciar q
ue la secularización avanza propiciada por la globalización, que en Europa se
ha producido una "apostasía silenciosa" del cristianismo y que la
ignorancia religiosa y "el vivir como si Dios no existiera" ha dado
lugar, "también en España", a nuevos paganos. Y la otra, para lanzar
esta pregunta provocadora al Sínodo: "¿Una cría sana de chimpancé vale más
que un niño discapacitado?". Una pregunta para reiterar su tesis de que la
secularización cuestiona el valor del ser humano.
Mujeres, discriminadas en la Iglesia
Lo reconocieron varios prelados. "Los
dos tercios de los miembros de la Iglesia son mujeres y, sin embargo, muchas
de ellas se sienten discriminadas. Sin el reconocimiento del papel de la
mujer en la Iglesia, no será posible una nueva evangelización", dijo el
primado de Bélgica y arzobispo de Bruselas, André Leonard.
Más aún, en el grupo de lengua italiana se
llegó a proponer, en concreto, que las mujeres puedan asumir el ministerio del
lectorado, uno de los escalones previos a la eventual ordenación diaconal.
Y el obispo irlandés, O'Ralley, ve en la
mujer un muro de contención contra la pederastia clerical.
"La grave crisis actual de los abusos cometidos por clérigos puede ser
superada, otorgando mayores responsabilidades a los laicos y, especialmente, a
las mujeres".
Divorciados vueltos a casar: '¿Sólo son pecadores?'
Se extiende la idea entre los obispos de que
la Iglesia tiene que cambiar su legislación para poder permitir el
acceso a los sacramentos a los divorciados vueltos a casar. Así lo
planteó, entre otros, el arzobispo de Basilea (Suiza), Felix Gmur: "Hoy,
la Iglesia tiene que encontrar una solución para los casos de divorciados y
vueltos a casar, que no pueden ser considerados simplemente como pecadores y
por tanto no pueden comulgar. ¿Sólo son pecadores? Hay que analizar caso por
caso. Yo conozco a una pareja casada desde hace 50 años y que cada uno estuvo
casado antes por un breve periodo de tiempo. ¿50 años juntos no significan nada?
¿Sólo son pecadores? Tal vez la Iglesia debería estudiar un nuevo trato hacia
ellos. Hay que tomar en serio este problema". De hecho, este tema se
mencionará en el "mensaje final del Sínodo", pero sin una repuesta
concreta que cambie la praxis de la Iglesia.
El Islam, aliado y peligro, a la vez
Los obispos pidieron, por un lado, a la
Iglesia que preste mayor atención al Islam, para potenciar "el
diálogo" con los musulmanes y establecer, con ellos, un frente
común en defensa de la vida y de la familia. Pero, por otro lado, como dijo
monseñor Barrigah-Benissan, obispo de Togo, "la rápida expansión
del Islam preocupa mucho a la Iglesia". Porque, "basta un día para
hacerse musulmán, pero es imposible renunciar a esta religión". En esa
doble dinámica se inscribe la proyección en el aula sinodal de un vídeo, que
circula desde hace años por la Red, en el que los musulmanes salen malparados.
Titulado 'Muslim Demographics', la proyección ocasionó una polémica
tal que el cardenal Turkson tuvo que pedir disculpas y asegurar que, con él, no
"pretendía llamar a las armas contra el Islam".
Campanas de Europa
A diferencia del vídeo sobre los musulmanes,
la película 'Campanas de Europa' cosechó una aprobación unánime entre los
sinodales. Se trata de un documental, con entrevistas a grandes personalidades.
Desde el Papa, al presidente italiano, Giorgio Napolitano, pasando por el
Patriarca de Moscú o el Primado anglicano, Rowan Williams.
Curas casados ya
Hasta se planteó en el Sínodo el tema, un
tanto tabú, del celibato opcional de los curas. Lo pidió el arzobispo
greco-católico de Kiev, monseñor Sevcuk. En Ucrania, el 90% de los curas
católicos están casados y su líder pide que la Iglesia católica occidental
permita casarse a sus curas.
El Papa negro y el prelado de la Obra
El Prepósito general de los jesuitas, también
llamado Papa negro, el español Adolfo Nicolás, pidió a la Iglesia que haga examen
de conciencia sobre "el colonialismo de la fe". Un
colonialismo que, al impedir la recepción de los valores originales de otras
culturas, nos hizo "perder de vista indicios, perspectivas y
descubrimientos importantes".
Más pragmático, el prelado del Opus Dei, el
también español Javier Echevarría, abogó por la necesidad de "cuidar las
homilías desde el punto de vista doctrinal y del lenguaje".
Autocrítica
También hubo en el aula sinodal espacio
abundante para la autocrítica. Por ejemplo, el cardenal Grocholewski, prefecto
de la Educación católica, denunció "la poca humildad" y la
"mucha soberbia" de algunos pastores "que se apacientan a sí
mismos, en vez de cuidar al rebaño".
En el mismo sentido, el arzobispo de Manila,
preconizado cardenal, Luis Antonio Tagle, censuró el
"carrerismo" eclesiástico y pidió a la Iglesia que
"aprenda a ser humilde" y a reconocer que no tiene soluciones para
todo.
Más explícito aún, el cardenal de Nueva York,
Timothy Dolan, aseguró que "la Iglesia no tiene miedo alguno en reconocer
sus propios errores. Entre ellos, la lacra de los abusos sexuales de los
clérigos".
La pederastia sobrevoló el aula sinodal en muchas
ocasiones, para pedir tolerancia cero y señalarla como uno de los máximos
impedimentos de una nueva recristianización de la sociedad.
Dogmas más fáciles
En el Sínodo no se llegaron a discutir los
dogmas (elementos esenciales e irrevocables de la doctrina católica), pero sí
se pidió un cambio en la formulación de las "verdades de la fe". Para
hacer los dogmas más "cortos, precisos y claros".
Via Pulchritudinis
El cardenal de Barcelona, monseñor Sistach, y
el obispo francés Dominique Rey, propusieron la vía de la belleza, expresada a
través de la arquitectura o la música, como el camino privilegiado para
anunciar la fe en el mundo actual, que se opone a cualquier dogmatismo. La
Sagrada Familia de Gaudí es un ejemplo acabado del enorme potencial de
esta vía evangelizadora.
Parroquias dinámicas y colegios evangelizadores
Varios padres sinodales pidieron un nuevo
dinamismo en las parroquias, para que, como apuntó el cardenal Vallini, dejen
de "ofrecer sólo sus servicios a los que acuden a solicitarlos", para
ir en busca de los alejados.
En esa misma dinámica, se quiere que los
colegios religiosos sean más evangelizadores. Y es que, en los países
secularizados sobre todo y dado que los padres ya no educan en la fe, los
colegios religiosos son los primeros lugares y los ámbitos más relevantes en
los que las jóvenes generaciones entran en contacto con los conocimientos
básicos de la religión y su práctica.
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